domingo, 13 de julio de 2025

13 septiembre de 1982 - "Cuadragésimo Salón Arturo Michelena"

Balcón Abierto del Cronista de la Ciudad - El Carabobeño

Cuadragésimo Salón Arturo Michelena

El Ateneo de Valencia está adelantando en estos momentos los preparativos para celebrar el cuadragésimo aniversario de la fundación del Salón de Pintura Arturo Michelena, y se está poniendo un especial empeño por lograr que esta celebración esté a la altura de la importancia de tal acontecimiento.

Se recordará —todos lo recordamos— que este Salón nació un buen día, para bien de la cultura plástica regional y nacional, por iniciativa del poeta Julio Moraes Lara, que en su paso por la secretaría general de Carabobo dejó una huella imborrable. El Salón fue creado oficialmente por el Ejecutivo del Estado y puesto en manos del Ateneo, que era el organismo más llamado a organizarlo. No pretendemos hacer historia; sólo queremos señalar a la ligera algunos detalles.

Cuando surgió este Salón, se iba a enfrentar con otros salones similares, que ya no existen: el Salón Nacional, del Museo de Bellas Artes, que era el más importante, el Salón Planchart, también de Caracas, el Salón D'Ampaire, de Maracaibo, y el Salón Tulio C. Arce, de Barquisimeto, el último en ser creado por iniciativa de otro secretario general de gobierno: Aníbal Lisandro Alvarado, hombre ligado a las actividades culturales de su tiempo.

El Salón de Artes Plásticas de Valencia se inició en forma un tanto precaria, pero al poco tiempo se convirtió en un salón consagratorio. Por él desfilaron —han desfilado siempre— las figuras más sobresalientes de la plástica nacional, y aunque ha tenido, como es de suponerse, algunos momentos de decaimiento o de escasa prosperidad, contra viento y marea se ha mantenido firme. Era curioso lo que se decía siempre a lo largo de los años, en las inauguraciones de este Salón:

—Este año el Salón está mucho mejor que el año pasado, decía Jorge Lizarraga.

—Este año el Salón está mucho mejor que el año pasado, decía Braulio Salazar.

Lo mismo decía Luis Eduardo Chávez. Lo mismo decíamos todos.

Aunque a veces no era cierto. Pero en todo caso esto revela que había un gran optimismo.

Es bueno hacer constar, por espíritu de justicia, que entre los principales colaboradores de este Salón figuraron siempre en primer término estos dos artistas: Braulio Salazar y Luis Eduardo Chávez. Dos calificados pioneros del movimiento cultural de Valencia.

En estos momentos, por fortuna, las cosas en el Ateneo han cambiado sustancialmente: coincide esta conmemoración con el estreno de una nueva dirección, que preside una muchacha que por lo visto está dispuesta a trabajar con gran entusiasmo, Judith Villamediana, deseosa de hacer una buena labor, en común acuerdo con el nuevo equipo dirigente que la acompaña; deseosa de recuperar el precioso tiempo que se perdió en una crisis innecesaria y absurda.

De ser esto así, como todos debemos esperarlo, el Ateneo va a entrar en una etapa de recuperación de proyecciones incalculables. Hoy, cuenta, por fortuna, con recursos que no había tenido nunca y ya es tiempo de que las aguas, antes embravecidas, vuelvan a su cauce. Esto significa, a la vez, la salvación del Salón Arturo Michelena, que también debe superarse. No hay que olvidar que este Salón es en estos momentos el único punto de referencia, la única cita de confrontación, con que cuentan hoy los artistas venezolanos. Los demás salones, lamentablemente, han desaparecido. En cierta forma han sido sustituidos por las galerías, que son otra cosa.

Valencia viene a ser, de cierto modo, además de la capital industrial de Venezuela, la capital plástica de Venezuela.

Y ese privilegio tenemos que cuidarlo.

Valencia, septiembre de 1982.

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