lunes, 19 de marzo de 2012

23 de Abril de 1970. "El valor de ser antipático (a propósito de la Fundación de Valencia)"

EL CARABOBEÑO

Balcón Abierto del Cronista de la Ciudad.


EL VALOR DE SER ANTIPÁTICO  
(a Propósito de la Fundación de Valencia)

Decía una vez Ramón Díaz Sánchez, en la nota de introducción  de sus Obras Selectas, editadas en EDIME, que el escritor tiene que “conservar el valor de ser antipático”.

Efectivamente, quienes estamos en contacto con la opinión, o nos encargamos de manejarla, tenemos que decir a veces ciertas cosas capaces de despertar en contra nuestra la antipatía de los demás. Un fenómeno. Un fenómeno inevitable.

Eso nos está sucediendo ahora con ocasión del discurso que pronunciamos hace poco en la Casa Páez acerca de la Fundación de Valencia. Hemos visto caras amarradas, gestos de desagrado, ceños adustos. Todo por haber dicho que Alonso Díaz Moreno se nos está yendo de las manos como fundador de la ciudad. Esto, a propósito del nuevo libro del Hermano Nectario María, “Orígenes de Valencia”, publicado por el Instituto de Antropología e Historia del Estado Carabobo, que está empezando a circular en estos momentos.

Más todavía: algunos han aprovechado la ocasión para refrescar la acción de sus baterías en contra nuestra. Hubo alguien que haciendo uso de su mezquindad enciclopédica y de una tenacidad verdaderamente  admirable, recordó por enésima vez que no somos valencianos. El “escritor trujillano”, es su consigna. Lo que resulta innecesario porque eso lo sabe Valencia. Nadie ha tratado de ocultarlo. Y hubo otro que le confesó a un amigo nuestro, que se sentía más valenciano llevando en la mano el pendón de Díaz Moreno.

Todo esto nos resulta muy deleznable. Allí no está representada la voz de la hospitalidad, nobleza, y de la tradicional gallardía del pueblo de Carabobo. Allí está representada otra cosa. Además, hay quienes tienen en esto una actitud muy distinta, y eso conserva el equilibrio.

Ahora bien: nosotros no hemos inventando nada, ni en contra de Díaz Moreno, ni en contra de nadie. Reléase nuestro discurso. Hemos dicho en él, entre otras cosas lo siguiente: “Para quienes hemos venido sosteniendo hasta ahora que el fundador de Valencia fue Alonso Díaz Moreno, y que a la vez hemos expresado dudas acerca de la posibilidad de que se modifique una aseveración como está, hecha por Oviedo desde un ángulo cercano a los acontecimientos y reiteradamente repetida por los historiadores; y para quienes, por otra parte, la tradición habrá de ser un valioso y poderoso auxiliar de la historia, la aparición de este libro del Hermano Nectario María no debe ser motivo de desaliento, sino más bien un acicate para continuar estudiando con ánimo sereno este debatido punto histórico, y otros semejantes, con el firme deseo de encontrar nuevos documentos que aporten nuevas luces y nuevos elementos de juicio al esclarecimiento de nuestro pasado remoto”. Y finalmente formulamos en aquella misma ocasión un llamado a nuestros amigos y colegas para que sigamos investigando. Nosotros, por nuestra parte, lo estamos haciendo. Le reconocemos un gran valor al libro del Hermano Nectario María; pero ese libro podría no ser definitivo si se encontrara algún documento capaz de rebatirlo. El verdadero problema consiste precisamente en eso: en que ningún historiador ha presentado hasta ahora ningún documento que ni siquiera tangencialmente corrobore la aseveración tradicional de que Alonso Díaz Moreno fue el fundador de Valencia.

Otra cosa: hace apenas cinco años apareció el Volumen No. 70 de la Academia Nacional de la Historia, serie: “Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela”, donde se afirma que el fundador de Valencia, o poblador, como entonces se decía, fue el Gobernador Alonso Arias de Villasinda. Esta obra vino a robustecer, con cinco años de anticipación, lo dicho por el Hermano Nectario María en su citado libro. Trae un estudio preliminar de Antonio Arellano Moreno, con la Relación de Venezuela por Juan Pérez de Tolosa, la Carta del Obispo Ballesteros de 1550; Memoria y Relación de Martín López, 1550; Relación de Juan Salas; Relación de Venezuela; Relación de Lope de las Varillas , 1569, etc.

Estas Relaciones responden a un “Interrogatorio para todas las Ciudades, Villas y Lugares de Españoles y Pueblos de naturales  de las Indias Occidentales, Islas y Tierra Firme: al cual se ha de satisfacer conforme a las preguntas siguientes, aviéndolas averiguado en cada pueblo con puntualidad y cuidado:”

1) Si es Ciudad, Villa o Aldea de Españoles, o pueblo de Indios.
2) Cómo se llama de nombre y sobrenombre.
3) Cuántos años ha que se fundó.
4) Quién fue su fundador.
5) Que novedad de estado ha tenido en disminución, o aumento y por qué causas.
6) Cómo se llama la Provincia, y el sitio donde está poblado.
7) A que audiencia está sujeto.
8) A qué Gobernador, o Corregidor está sujeto.
9) Que lengua se habla en este pueblo, y si es general o particular.
10) Qué escudo de Armas tiene, y con qué privilegio y merced.

En le Relación de Venezuela, escrita en 1555, página 61, se lee lo siguiente: “Coro fue poblada por micer Ambrocio Borburata por el licenciado Tolosa. Nueva Valencia por el Gobernador Villacinda”. Hay, además otros datos muy interesantes sobre la Nueva Valencia.

La Comisión Editora de la Academia Nacional de la Historia a cuyo cargo estuvo esta obra, la integran los historiadores Héctor García Chuecos, Carlos Felice Cardot, Guillermo Morón, Joaquín Gabaldón Márquez y Mario Briceño Perozo. Jefe de Oficina de Publicaciones: Guillermo Morón.

Como se ve, la voz de alerta dada por nosotros no se responde a un mero capricho, ni a un afán publicitario, ni a un deseo de contribuir a derribar un símbolo de cuatro siglos en la vida de la ciudad. Se trata de un planteamiento serio, hecho con el sentido de responsabilidad que el caso reclama, y  así debe entenderse. Lo demás, es querer hacer uso de un sectarismo conceptual del estudio y de la interpretación de la historia, completamente extemporáneo. Ya dijimos en nuestro citado discurso, que Nuestra Señora de la Anunciación ha reemplazado  a Sta. Ursula como Patrona de Valencia, y que Nuestra Señora de la Anunciación fue reemplazada a su vez por la Virgen del Socorro. Nada de extraño tendría, sin que esto signifique una tragedia, que Alonso Arias de Villasinda llegara a reemplazar en un momento dado a Díaz Moreno como fundador de la ciudad. También observamos entonces que La Victoria tuvo durante 373 años como fundador suyo al capitán Francisco de Loreto, y ahora se ha comprobado que el verdadero fundador de La Victoria fue el teniente general juez poblador Pedro Gutiérrez de Lugo.  En este viejo pleito entre la tradición y la investigación se presentan algunas sorpresas.

Y una advertencia última: rechazamos, por absurda, la tesis de que la verdadera valencianidad debe identificarse con el orgullo de llevar en la mano el pendón de Díaz Moreno. Esto no pasa de ser un sofisma. Díaz Moreno ni siquiera era valenciano. Había nacido en un lugar más remoto que la tierra donde nació el actual Cronista de la Ciudad.


Alfonso Marín.
Valencia, abril de 1970

1 comentario:

  1. Tati, pues cada dia como que empeoramos en aquello de cambiar la historia. Don Alfonso es el Trujillano mas Valenciano que yo conozco!

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