domingo, 20 de julio de 2025

20 de abril de 1981 - "Una Estatua para Codazzi"

 Balcón Abierto del Cronista de la Ciudad - El Carabobeño


Una Estatua para Codazzi



Con Juan de Villegas y con el general Antonio Paredes, y guardando las proporciones circunstanciales de tiempo y de espacio, el coronel Agustín Codazzi es uno de los grandes olvidados de la capital de Carabobo. No hay una calle, ni una plaza, ningún sitio destacado en la ciudad, que lleve su nombre. Y esto es injusto. Y esa injusticia debe ser reparada.


La obra de Codazzi como geógrafo y como civilizador, realizada en parte desde Valencia, alcanza proporciones excepcionales, verdaderamente extraordinarias. Aquí se casó, en 1821, con una valenciana: la señorita Araceli Fernández de la Hoz, y desde aquí iba a emprender a partir de 1830, es decir, a partir de la separación de Venezuela de la Gran Colombia, sus interminables incursiones de investigación geográfica de nuestro territorio. Fue un hombre infatigable. Recorrió, entre sinsabores y realidades, la distancia existente entre Valencia y San Fernando de Apure. Atravesó sabanas, desafió el frío, penetró selvas, navegó ríos y estudió la topografía de nuestros límites con el Brasil y la Nueva Granada. Fue el gran auxiliar de Rafael María Baralt y de Ramón Díaz para la concepción y realización de la célebre Historia de Venezuela escrita por éstos. Lo acompañó en estas andanzas el pintor y dibujante Carmelo Fernández, sobrino del general Páez y autor de la efigie del Bolívar que figura en nuestra moneda.


La obra de Codazzi no fue la de un teórico, sino la de un hombre práctico, responsable, entregado al oficio. Recorrer el territorio nacional en todas direcciones era para él como tomarse un vaso de agua. Esto le llevaría una actividad de casi diez años, que sólo se interrumpiría con la guerra. En 1823, estaría en campaña, al lado del general Páez, como su jefe de estado mayor, con ocasión de la Revolución de las Reformas. Y así sucesivamente. No podía estar totalmente exento de la política. Siendo presidente de la república el general Carlos Soublette, éste lo nombró alguna vez gobernador de Barinas. Pero su campo no era ese. Su amor a Venezuela y su responsabilidad científica lo reclamaban para funciones mucho más altas. Su gran misión por cumplir era el estudio de nuestro territorio, para la utilización racional de él con miras a nuestro desarrollo. La Colonia Tovar es obra suya. Hubo proyectos muy complejos para el establecimiento de nuevas poblaciones en distintos lugares de Venezuela, especialmente en la región del centro y en las inmediaciones de la costa. Para esto solicitó y obtuvo créditos del congreso y contrajo toda clase de compromisos. Se le hizo muy difícil la publicación de su obra, que sigue siendo fundamental en nuestras investigaciones geográficas, cartográficas e históricas. En 1861, el Ministerio de Educación Nacional recogió en dos hermosos volúmenes la parte esencial de esa obra.


Pero hoy no estamos pretendiendo hacer una recarga ni mucho menos un análisis de lo que hizo Codazzi en Venezuela a raíz de nuestra guerra de independencia. Sólo queremos señalar que su nombre no ha sido hasta ahora suficientemente recordado y evaluado en Valencia, y se nos ocurre pensar que una buena forma de hacerlo sería mediante la creación de una estatua suya, que muy bien podría ser costeada por la colonia italiana residenciada en esta ciudad. Esa estatua podría estar situada en un lugar libre y visible; por ejemplo, en El Cuatro, que se ha venido convirtiendo en un mirador de Valencia, y este, a la vez, podría llevar el nombre de Agustín Codazzi, para perpetuar de este modo su memoria en uno de los sitios más bellos y concurridos con que contamos actualmente.


El Acuario de Valencia es una obra única, en su género, en Venezuela, aun cuando todavía no hayamos llegado a apreciarla en todo su valor. Aparte de la belleza del paraje donde está situado, este acuario presenta para propios y extraños la exhibición permanente de más de cuatrocientas especies de peces autóctonos de nuestros ríos. De esos mismos ríos que recorrió y estudió Codazzi en sus andanzas infatigables por nuestro territorio.


Valencia, abril de 1981.


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