Balcón Abierto del Cronista de la Ciudad - El Carabobeño
Andrés Bello en Tunja
En un viaje reciente hecho a Bogotá, hemos puesto en manos del doctor Antonio José Rivadeneira Vargas, presidente de la Federación Internacional de Sociedades Bolivarianas, un busto de Don Andrés Bello para ser colocado en Tunja. Allí, la antigua casa del cronista Juan de Castellanos -conservada intacta por el celo vigilante y el patriótico conservacionismo de los tunjanos- va a ser convertida en una galería de hombres ilustres. Entre ellos estarán Bolívar, por supuesto, y también Don Andrés Bello. Este busto lo conseguimos con la junta encargada de la celebración del bicentenario de Bello, a través de su secretario general, nuestro querido amigo y paisano Óscar Sambrano Urdaneta, uno de los bellistas más destacados de nuestro país.
Tunja es, como todos sabemos, una de las más hermosas ciudades coloniales de Colombia. Fue capital del virreinato de la Nueva Granada, centro político y estratégico de primer orden, y hoy es la capital del Departamento de Boyacá. Viendo la ciudad y recorriendo sus alrededores, se sienten ecos de tierras de Castilla. La historia parece haberse detenido en ella, y en cuanto a sus relaciones con la gesta de nuestra independencia y a la actuación de Bolívar, hay una frase forjada por un poeta venezolano, que los boyacenses pronuncian con orgullo: "En el orden de la gloria, Tunja es la ciudad adoptiva del Libertador".
No sabemos si alguna vez Don Andrés Bello tuvo algún contacto con Tunja. Personalmente, no, por supuesto. Su periplo vital es muy claro: Caracas, Londres, Santiago de Chile, donde murió. Aquí en Venezuela, pocas veces salió de Caracas. Su principal salida fue a Cumaná, donde tuvo un ligero romance con una hermana del general Sucre. Permaneció creciendo al pie del Ávila como un árbol, hasta su salida hacia Londres en 1810, desde donde pasaría a Chile en 1829, con carácter definitivo. Y hoy se instala en bronce en Tunja, donde está siendo recibido con el entusiasmo y la admiración que su solo nombre suele despertar en toda América y aún en otros países del mundo, especialmente en España, donde tiene varios monumentos. Ningún otro hombre de letras de nuestro continente ha llegado a tanto.
Otros venezolanos ilustres, además de Bolívar, tuvieron contacto con Tunja en la época heroica. Entre ellos Don Cristóbal Mendoza, primer presidente de Venezuela, con el ocaso de nuestra Primera República. Don Cristóbal salió de aquí, de Valencia, en 1812, ante la invasión de Monteverde. Atravesó a caballo los llanos venezolanos, los llanos de la Nueva Granada y también el páramo del Pisba, se refugió en Tunja, y allí llegó a ser nada menos que uno de los principales asesores del eminente patricio colombiano Don Camilo Torres, tristemente fusilado tres o cuatro años después por Don Pablo Morillo, el sedicente pacificador, que entraría después a territorio venezolano en la célebre campaña de Apure, con las manos tintas en sangre. De uno y otro lado, la guerra a muerte estaba haciendo estragos terribles.
Don Cristóbal Mendoza permaneció en Tunja hasta que lo llamó el Libertador al comienzo de la Campaña Admirable, a través de una carta memorable: "Venga usted de inmediato: la Patria lo necesita. Yo iré por delante conquistando y usted me seguirá organizando; porque usted es el hombre de la organización como yo el de la conquista."
Hoy llega Bello a Tunja, a dialogar a la distancia con las grandes figuras de nuestra historia común, entre ellas con la de Don Camilo Torres, a quien en Venezuela no se le ha hecho todavía la justicia que le corresponde. Don Camilo Torres fue el gran protector del Libertador en sus momentos más críticos: lo estimuló no solo de palabra, sino con toda clase de recursos. Sin esa amplia protección suya, hubiera sido muy difícil que Bolívar culminara y realizara su obra. La historia es la historia; los hechos son los hechos, y nada ni nadie podrán desconocerlos.
Por eso comentamos hoy con orgullo nuestra modesta contribución al envío de un busto de Bello en Tunja, al lado de otras figuras señeras de nuestra historia americana. Allí estará él en su nueva casa.
Valencia, noviembre de 1981.
No hay comentarios:
Publicar un comentario